Entre los problemas que afectan a este recurso está que el 40% de la población mundial sufre la escasez de agua y que el 80% de las residuales se vierten al medio ambiente sin tratar
El agua es un bien preciado que cada vez está más limitado. Así lo ratifica uno de los últimos informes emitidos por Naciones Unidas, que pone de manifiesto que más de 663 millones de personas viven sin suministro de agua potable cerca de su hogar. De la misma organización internacional emanan otras estadísticas, las que subrayan que el 40% de la población mundial se ve afectada por la escasez de agua, que el 80% de las aguas residuales se vierten sin tratamiento al medio ambiente y que más del 90% de los desastres están relacionados con el agua. A estos datos tan significativos hay que sumar variables como el cambio climático, que está impulsando las crisis relacionadas con el agua en todo el mundo.
Al descuidar el ecosistema se hace más complicado proporcionar a todo el mundo el agua que se necesita para sobrevivir y prosperar. Las posibles soluciones basadas en la naturaleza tienen la capacidad de resolver varios de los desafíos relacionados con el agua.
Según la ONU, el uso del agua ha aumentado en todo el mundo en aproximadamente un 1 % por año desde la década de 1980, impulsado por una combinación de crecimiento de la población, desarrollo socioeconómico y cambios en los patrones de consumo.
Conocer y concienciar sobre las razones por las que tantas personas se quedan sin acceso al agua segura fue la prioridad del Día Mundial del Agua celebrado el pasado 22 de marzo con el lema ‘No dejar a nadie atrás’, ‘Leaving No One Behind’ para recordar que el agua es un derecho humano y que, hoy en día, miles de millones de personas siguen viviendo sin acceso a agua segura o, lo que es lo mismo, sin un servicio de agua potable administrado de manera segura. Y lo hace poniendo en foco en los grupos marginados como mujeres, niños, refugiados o pueblos indígenas, que habitualmente se pasan por alto y que, a menudo, se enfrentan a la discriminación cuando tratan de acceder y administrar el agua potable que necesitan.
Sin duda, una complicada y difícil comunión. Para ello se abogó por volver a equilibrar el ciclo del agua a través de la plantación de nuevos bosques, la restauración de los humedales, etcétera, como paso previo a la mejora de la salud y medios de subsistencia de todos los seres humanos.
La celebración de la mencionada efeméride abordó las posibles soluciones en la naturaleza para hacer frente a los desafíos del agua en el siglo XXI. No en vano, se trata de soluciones para poder afrontar los principales desafíos sociales, el cambio climático, la seguridad hídrica, la seguridad alimentaria, la salud humana, el desarrollo socioeconómico y la prevención de desastres naturales.
Medidas protectoras
¿Que son las soluciones basadas en la naturaleza? La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza define dichas soluciones como acciones para proteger, gestionar de forma sostenible y restaurar ecosistemas naturales o modificados, que abordan los desafíos sociales de manera efectiva y adaptativa, brindando al mismo tiempo bienestar humano y beneficios a la biodiversidad. Estas soluciones están destinadas a apoyar el alcance de los objetivos de desarrollo de la sociedad y se han diseñado para abordar los principales desafíos sociales, el cambio climático, la seguridad hídrica, la seguridad alimentaria, la salud humana, el desarrollo social y económico y la prevención de desastres naturales.
El daño de las megaciudades
¿Por qué motivo la restauración de los humedales se ha convertido en un factor esencial para un futuro urbano sostenible? La organización del World Water Day explica que la urbanización es una de las principales mega de nuestro tiempo, transformando completamente dónde y cómo vivirá la gente en el futuro. Se calcula que el número de mega ciudades con más de diez millones de habitantes pasará de 31 a 41 en el año 2030, el desarrollo de los asentamientos humanos es una de las grandes preocupaciones para la conservación y el uso racional de los humedales.
A medida que las ciudades crecen y aumenta la demanda de tierras, se invaden estos espacios vitales que, en ocasiones, se consideran terrenos baldíos disponibles para arrojar desechos o utilizarlos para otros fines. Abogar por su conservación y uso sostenible permite proporcionar a las ciudades múltiples beneficios económicos, sociales y culturales, se trata de terrenos esenciales y muy valiosos que deberían integrarse en los planes de desarrollo y gestión de las ciudades a nivel mundial.